domingo, 16 de octubre de 2016

Capítulo 7

A veces, no siempre ni a todo el mundo, le llega algo o alguien que le da al vuelta a todo. No siempre es bueno, tampoco tiene por que serlo. A veces solo tiene que llegar, y con eso es suficiente para mejorarlo todo, o para empeorarlo. Quién sabe.. ¿ Quien sabe lo que nos espera ?
Yo no.
Y no estoy segura de querer saberlo.

domingo, 10 de julio de 2016

Capítulo 6

Hace mucho tiempo vivió a la orilla de un lago, en el valle más oculto entre las montañas, un viejo y carcomido sauce llorón. Con sus esplendidos 200 años recién cumplidos era el árbol mas antiguo del lugar, había visto cosas que el resto de su familia ni siquiera habría podido imaginar y había resistido a sequías, incendios y tormentas que solo Dios sabe si salieron del mismísimo infierno o fueron una broma pesada de la Madre Naturaleza. Pero el sauce se estaba marchitando, y al ver que la última de sus hojas se tornaba marrón, la vida que había llevado pasó volando ante sus ojos sin darle tiempo a asimilar que era aquella luz tan cálida y bonita que le llamaba desde el final del túnel.

Se vio a si mismo cuando aun era un buen sauce, uno fuerte y bien erguido, aquella tarde de verano... cuando la vio por primera vez. El día anterior había llovido mucho, tanto que al pie de su fuerte y vivaracho tronco una superficie lisa y cristalina había decidido montar guardia. Sobre sus raíces había nacido una pequeña charca.
Cuando cayó la noche sobre su valle, ante sí se extendió un paisaje nuevo. La pequeña charca reflejaba en su superficie algo blanco y redondo, y a su lado miles de gotas de rocío brillaban iluminando las tranquilas aguas. Nuestro sauce se enamoró perdidamente de ese bellísimo rostro que hacía de sus veladas nocturnas algo mucho mas llevadero. Al día siguiente le pregunto a Viento, su mejor amigo, que era aquello que había visto y, pacientemente, Viento le explico qué era la Luna y sus amigas las estrellas. Así pues, nuestro viejo amigo aguardaba cada noche impaciente la llegada de Luna y sus amigas, cada vez inclinándose más hacia su reflejo y finalmente cuando logró tocar con una de sus ramas a su enamorada el reflejo se rompió dejando al pobre árbol desolado y tan triste que comenzó a llorar y no paró hasta el amanecer. Sus lágrimas se convirtieron el hojas y todo el mundo le empezó a llamar Sauce Llorón,

Finalmente, su última hoja cayó al suelo y con ella  todas las lágrimas, las noches de insomnio, las esperanzas y los sueños del viejo sauce. Al fin podía descansar en paz y nosotros aun podemos ver su viejo tronco, retorcido y fibroso pero bello al mismo tiempo, inclinado sobre la charca en aquél perdido valle encajado entre montañas. Y cada noche la Luna monta guardia desde la charca para ver si su enamorado, a miles de kilómetros de ella, sigue allí, impasible, velando por ella.

domingo, 15 de mayo de 2016

Capítulo 5

Te echo de menos. Si no vas a volver dime algo que me destruya lo suficiente como para olvidarte. Porque si no, no voy a poder superarlo. Quiero odiarte pero no puedo. Debería odiarte por todo pero no puedo. Eso es lo que mas me duele. Él otro día al verte creí que no sentiría nada. Me equivocaba, note un vacío en él lado izquierdo del pecho, como si me hubieran arrancado un brazo o una pierna. Y dolió, dolió mucho. Dijiste que lo superaría, que esto me haría fuerte pero solo me esta destruyendo. Sólo me rompe en pedazos una y otra vez, porque me acuerdo de ti y no puedo evitarlo. Solo me lo esta haciendo todo mucho mas dificil, mucho mas cuesta arriba. Y si antes eras tu él que me tendía la mano para ayudarme en los tramos mas dificiles, ahora me dejas cada vez mas atrás. Así que si, te echo tanto de menos... Todos los días de hecho. Pero sigo confiando en tu palabra, en que lo superaré, porque tu palabra y tu recuerdo son lo único tuyo que me queda... Lo único de ti que me dejaste. Y no lo voy a dejar ir. Pero ya llega Mayo, y es hora de decirte lo difícil que ha sido no morir. Lo difícil que ha sido intentar acostumbrarme a estar sin ti, lo difícil que ha sido no mandar todo a la mierda. Solías decirme que estarías siempre ahí, pero ¿ donde estás ahora que es cuando mas te necesito ? ¿ Donde estás cuando es tu ausencia lo que me mata ? ¿ Donde estás cuando mas te echo de menos ? ¿ Cuando mas sufro ? ¿ Cuando no duermo ? ¿ Cuando no como, ni sonrió, donde estás cuando todo se vuelve oscuro ? Solo quiero hacerme pequeña y que me pase todo por encima. Solo quiero que todo termine pronto. No te he olvidado, no se puede olvidar a alguien al que has querido tanto y que te ha hecho tan feliz. Ahora tampoco podre olvidarte por todo lo que me duele tu ausencia. Siempre decías que los recuerdos felices son los que mejor se guardan en la memoria, y por eso te veo todos los días. Y llegara enero, otra vez él día 4. La primera vez que te bese, y que me besaste. Y ese día si que se me hará difícil no morir. Porque no estarás ahí para animarme otra vez, para secar mis lágrimas otro año... Que va. A veces me he preguntado si llorarías si yo muriera pero no se me ocurre una respuesta. Se que lo estas haciendo por mi porque "no hay mal que por bien no venga" pero solo quiero que te olvides de los males, y que como mi bien que eres, vengas. Solo quiero que vuelvas, que me abraces otra vez. Solo quiero que me quieras de nuevo, que me abraces fuerte y que no me sueltes nunca.

domingo, 8 de mayo de 2016

Capítulo 4

El tiempo es un regalo, tiempo es vida y vida significa tener tiempo.
Tengo tiempo y vida para aquellos que me importan; tengo tiempo y vida para aquellos que me quieren, para los que me cuidan y para los que se lo merecen; tengo tiempo y vida para todo aquel que no me falla; tengo tiempo y vida, y la verdad es que los desaprovecho demasiado.
A veces imagino como sería estar en el espacio, rodeado de nada y todo a la vez. No se que sentiría allí arriba, sola, si tendría miedo, si sentiría asombro o si estaría aterrada. Solo se que tiene que ser precioso, como me dijo un amigo una vez; solo se que si alguna vez estoy allí, rodeada de toda la nada o de la nada del todo, no sabría que hacer; solo se que es todo lo cerca que alguien va a estar del infinito, y el infinito ha de ser aterrador.
Toda persona en su vida debería tener la oportunidad de perderse entre estrellas, de ver como de ancho es todo lo que le rodea, de ver cuanto escapa de su comprensión. De sentirse tan pequeño, tan insignificante que le entren ganas de llorar. De subir allí con la sensación de saberlo todo, y volver con la mente del que no sabe nada. De sentir que lo desconocido es bonito, a la vez que tenebroso y siniestro. De tener miedo y de que se le encoja el corazón al pensar en todo que podría haber allí fuera. Todo el mundo debe tener la obligación de llegar a creerse que no somos nada, así todo funcionaría mejor. Un presidente sería igual que un mendigo, no habría diferencia porque todos somos insignificantes y lo que verdaderamente importaría es cuanto de grande creas tu que eres o de como te crean de grande los demás.
Así que si, tengo vida y tengo tiempo, tengo lo que necesito e incluso más pero al fin y al cabo lo que importa no es lo que poseas si no lo que haces con ello.
Y si, tengo vida y la uso para vivir, y tengo tiempo y lo uso en mi vida, y soy insignificante y lo sé.
Al fin y al cabo no somos nada, y eso nos hace personas. Nos hace ignorantes, crueles, compasivos, nos hace amables, felices, aburridos, nos hace tristes, pequeños e ignorantes. Ser nada, nos hace formar parte del infinito.

miércoles, 20 de abril de 2016

Capítulo 3

Quizás no sabes que es lo más duro, no sabes que es lo que más daño me causa, lo que más me cuesta, lo que más me importa o lo que más me afecta.
Quizás no sabes lo que menos me duele. no sabes lo que menos me asusta, lo que menos miedo me causa, lo que menos me mata o lo que menos me asombra.
Quizás todo hubiera sido mejor si no se hubieran cruzado nuestros caminos, ya sabes, si no nos conociéramos. Así cada cual podría seguir con su vida como si nada, como si todo hubiera sido una vivencia mas, algo de lo que aprender. 
Quizás lo que mas me duela sea echarte de menos, o no. Puede que sea el mero hecho de que debería odiarte por todo y aun así no puedo hacerlo. No te puedo odiar. Puedo echarte de menos o llorar como una tonta, pero no puedo odiarte, No pude hacerlo ayer y no podré hacerlo mañana, ni la semana que viene, ni el próximo mes, ni dentro de 10 años, ni si quiera entonces podré.
Quizás sienta un dolor en el pecho, no ese tipo de dolor, el que sientes cuando te deja tu novio o cuando muere alguien. Duele como si fueses un puzzle al que acaban de quitar su última pieza, y como todos sabemos esa es la más importante. Eso soy, un puzzle deshecho y tu eres mi última pieza. Eres y seguirás siendo esa pieza esencial, no lo olvides.
Quizás no te quise como te merecías o quizás te quise mas de lo que querías, el caso es que te quise. El caso es que te quiero, ahora y mañana, y siempre. Eso hacen los amigos, quererse para siempre, porque por algo son amigos.
Quizás metí la pata, nunca fue con mala intención.
Quizás te hice daño...
Quizás lo sienta o quizás no.

He pensado muchas veces en todo lo que tenía que decirte, tenía las ideas claras. Tus respuestas no fueron las que yo esperaba pero nunca fuiste de esos que te dicen lo que necesitas oír, sino mas bien de los que te dicen las cosas como son aunque duelan más. Se que lo has hecho por mi, a lo mejor te preocupo, puede que te importe (o te importase) pero de todas maneras se que fue por mi bien.
Te agradezco los buenos ratos, las despedidas y los reencuentros, cada vez que me consolaste cuando nadie más lo hizo, las veces que me caí y que me levantaste y sobre todo el cariño que me diste porque por muy lejos que te vayas siempre me puedo quedar con eso.
En el fondo es culpa mía, te decepcioné. Es algo que se me da muy bien, pero contigo quería fracasar en esa parte con todas mis ganas . Nunca quise fallarte, es mi naturaleza. Suelo ser fría ante las malas rachas aunque a veces me derrumbe pero ante ti no puedo ser hielo, soy un volcán.
Tengo guardado tu rostro en mi memoria, para que no se me olvide. También todo lo que te debo, todo lo bueno y por supuesto todos los ratos, y las risas (sobre todo eso), también los años contigo, cuando me cogías en cuello, cuando me motivabas para que siguiera adelante. Todo, como ya te he dicho.
Siempre fuiste mi mejor regalo, nunca lo supiste. Siempre fuiste de las personas más importantes que ha habido en mi vida, tampoco lo sabías. Has sido mi único soporte durante mucho tiempo, y ahora ¿qué? Voy a la deriva, como un barco sin su ancla, y ya no veo la costa, ya no.

Ya te lo he dicho 100 veces pero lo diré una más, te echo de menos.
Así que vuelve por mi, aunque solo sea una última vez.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Capítulo 2

"Para saber a donde quieres ir, tienes que saber de donde vienes y a donde vas" Cuantas veces escucho eso al día, cuantas veces lo veo, y sin embargo no lo siento... ¿Sabes lo que significa la palabra "perdido"? Si lo buscas en el diccionario, probablemente te saldrán todos los significados menos el que necesitas encontrar. 
Perdido: Sin rumbo, a la deriva, sin destino aparente..
Luego buscamos los sinónimos, pero de nuevo no en el diccionario, los buscas en ti mismo.
Perdido: Solo, ausente, cuando no sabes donde estas ni a donde quieres ir...
Así pues, esa es mi definición, soy una perdida, soy una perdida sin rumbo aparente y sola. Soy una persona perdida. Soy... ¿Qué es exactamente lo que soy? ¿ Por qué me creo inferior a los demás? ¿Por qué no puedo olvidarme de todo un momento y respirar? ¿ Por qué siempre las personas que pueden se ponen excusas a si mismas para justificar su miedo al fracaso? ¿Por qué siempre hay tantos porqués? No se puede tener todo. Quizás sea esa la causa de nuestra existencia, nacimos para no tener nada, para no entender y para no comprender, quizás nacimos para no existir o quizás morimos para vivir mas intensamente, puede que el amor exista para causar dolor y puede que la pena solo valga para aliviarnos y que volvamos a ser felices de nuevo. Que bonito sería vivir en un mundo con justificaciones para todo, con razones, causas y consecuencias, que bonito sería todo si nunca estuviésemos solos, perdidos, si nunca nos faltara nadie. Sería todo mucho mas sencillo, mucho más real...
Real, ¿Por qué hay que ser realista en esta vida? ¿por qué dejamos de vivir para solucionar la realidad? ¿No sería todo mucho mejor si por cada sueño nuestro que cumpliéramos o que soñáramos, pudiéramos tener un día entero solo para ser feliz? Solo para eso, para poder sonreír a las personas a las que amas, solo para poder disfrutar del olor de la tierra mojada después de la tormenta, solo para poder decir "Hola" en vez de "Adiós"... Solo para ser tu. 
A veces tienes lo que tienes porque te ha tocado a ti, a veces te toca a ti porque no le podía tocar a otro, y ¿qué pasa? ¿nos rendimos, nos echamos hacia atrás, o le echamos un par y lo superamos? Si el camino es empinado es porque llega más arriba que el de los demás. Si la vida fuera fácil, sería para todos la misma ¿No crees? Por eso a cada cuál le toca lo que le toca y tiene lo suyo propio, no lo de los demás. Por eso todos vemos más sencillos los problemas de los demás, porque no son los nuestros propios y por tanto no tenemos que lidiar con ello. Por eso. la vida es dura y no un regalo.
Porque estamos perdidos y así seguiremos, mientras un problema te impida levantarte cada día con una sonrisa.

domingo, 17 de enero de 2016

Capítulo 1

Algún día verás a alguien que antes sonreía todo el rato destrozado, y no se lo notarás en el rostro, lo oirás en el tono de su voz ¿Escuchas eso? Como si con  cada palabra se le desgarrara el alma y no pudiese respirar. Y te dice “Dejé de sonreír porque no me quedaban motivos para ello. Quizás me deje la piel en enseñar mi fachada de todo alegría y cero preocupaciones, pero al parecer funcionó con todos menos conmigo misma“ Es en ese momento cuando entiendes muchas cosas, y no es que sean bonitas, es que son la verdad. Dura y pura realidad que derriba toda la masa de pequeñas esperanzas creadas alrededor de tu mente y que aunque no quieras  acaba por devorar la sonrisa que había siempre en tus labios y apagar la luz que iluminaba tus ojos. Eso te vuelve fría, distante, desconfiada… y algún día llegará alguien y te dirá “Has cambiado”, y efectivamente, cambiaste. Ahora eres más fuerte. En tu escondite de soledad y tristeza piensas continuamente en lo mucho que echas de menos ser como antes y mientras tanto te castigas mentalmente a ti misma por pensar así. Te clavas en la mente y en el corazón las palabras “Nadie volverá a herirme si soy así. Aquí estoy a salvo”. Y lo haces mentalmente porque si lo dices con palabras se te quebrará la voz a media frase y juraste que nunca más volverías a llorar. Pero nunca más es mucho tiempo, así que incumples tu propia norma y pasas noches enteras en vela, llorando, pensando o haciendo las dos cosas… Solo la almohada lo sabe. Esa almohada que ha soportado todo lo que le has echado, desde lágrimas, pasando por gritos sofocados, a palabrotas e insultos a aquellos que antes te herían y ahora ya no lo hacen, porque eres fría ¿Recuerdas?

La soledad destruye vidas, mientras que a otros les sienta bien. Se dice que una persona solitaria prefiere la compañía de un lugar a la de una persona, así que supongo que es por eso que todos los solitarios tenemos nuestro refugio alejado de la población, de aquellos que te destruyen, de aquellos a los que quizás quisiste pero acabaron por fallarte en el peor momento aunque juraron que nunca lo harían. Y así es, sus promesas se las lleva el viento como las lágrimas alivian tu pena, que aunque no lo hagan del todo (porque quien pudiera dejar de sentir pena algún día) al menos lo hacen parcialmente. Quizás lo suficiente como para dejarte dormir una noche, o para permitirte sonreír durante cinco segundos seguidos sin que te entren ganas de gritar de rabia e impotencia ante aquellos que están esperando tu mejor momento para volver a hacerlo, para volver a hundirte, para volver a aprovecharse de ti como la última vez “Pero eso no pasará esta vez, olvídate de guiarte por el corazón y haz caso a la cabeza. Ella siempre me dio buenos consejos” Y pensando esto te vas a la cama una vez más, a dormir o al menos a intentarlo. Te refugias en las mantas, que te dan los abrazos que te faltan de las personas que ahora te fallan, y cierras los ojos. Así poco a poco, te sumerges en tus ya acostumbradas pesadillas y le deseas al mundo buenas noches, porque aunque estés sola encerrada en ti misma el resto de personas no tiene la culpa de que unos pocos te destruyeran.